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Industria 4.0. ¿Cómo garantizar el éxito de una transformación digital?

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No hay duda de que el mundo se está volviendo cada vez más digital. Actualmente, durante cada segundo se conectan 127 nuevos dispositivos a Internet, las personas consultan sus teléfonos móviles unas 150 veces al día y la capacidad de procesamiento de los ordenadores se duplica cada 18 meses. En lo que respecta a la industria de la producción, las herramientas asociadas a la Industria 4.0 forman parte de los planes estratégicos de las organizaciones desde hace varios años. Sin embargo, 7 de cada 10 transformaciones digitales fracasan.

¿Por qué fracasan las transformaciones digitales?

Hay varias razones por las que un proyecto de transformación digital puede no funcionar. En primer lugar, la falta de un diagnóstico completo de los puntos críticos y del diseño de una estrategia digital clara puede conducir a la implementación de soluciones digitales en áreas y actividades poco prioritarias y con poco retorno de la inversión. Pasar a una implementación global sin realizar primero un piloto exitoso y definir un plan de despliegue por fases puede ser otra razón que provoque una implementación sin futuro. Además, avanzar hacia la implementación de soluciones digitales sin comprender el negocio también puede dar lugar a la automatización de los desperdicios en lugar de solucionar las causas raíz de los problemas y simplificar los procesos. Por último, el desprecio por la cultura de la empresa y la capacitación de las personas en las nuevas herramientas contribuye a la falta de motivación en el uso de las nuevas herramientas digitales.

¿Qué es la Industria 4.0?

También conocida como la 4ª Revolución Industrial, la Industria 4.0 pretende mejorar la eficiencia y la productividad de los procesos mediante la implementación de tres grandes enfoques complementarios: la automatización, el flujo de información digital y la analítica avanzada (advanced analytics).

La automatización es la aplicación de técnicas informáticas o mecánicas con el objetivo de reducir el uso de mano de obra en cualquier proceso. Para ello se utilizan robots de producción industrial, robots colaborativos, vehículos automáticos (AGV) y autónomos (AMR), almacenes automatizados y diversas técnicas de producción aditiva (ejemplo: impresión 3D). Los sistemas Karakuris también se consideran sistemas de automatización, aunque son soluciones tecnológicamente más sencillas que utilizan la gravedad para mecanizar las tareas físicas. Algunos ejemplos de automatización en las líneas de producción semiautomáticas son el paletizado automático o el movimiento del producto en cintas transportadoras.

El segundo eje crítico para un proceso de digitalización está relacionado con el flujo de información. La automatización de la recopilación de información sobre los procesos y los datos de los equipos y la producción es fundamental para garantizar un flujo continuo de información actualizada. Para obtener esta información instantánea se emplea, por ejemplo, la instalación de sensores de recopilación de datos, la conectividad entre equipos (Internet de las cosas) y la realidad virtual/aumentada. El uso de sensores en puntos clave del proceso permite transmitir a las salas de control la información más importante, como la temperatura o la velocidad, que posteriormente se utiliza para la toma de decisiones. La realidad aumentada puede utilizarse para realizar tareas de mantenimiento de forma remota. En este caso, el trabajador que realiza las tareas sobre el terreno utiliza unas gafas de realidad virtual que le permiten comunicarse con un técnico experto que se encuentra en otro lugar, enseñándole de primera mano lo que se está haciendo y recibiendo instrucciones de voz o imagen del experto remoto.

La analítica avanzada gestiona y analiza la información de varios procesos de forma mucho más rápida y propone conclusiones para una toma de decisiones informada. Para ello, se utilizan herramientas como data mining, los informes de business intelligence, digital twin y la inteligencia artificial. Un ejemplo de la utilización de estas herramientas puede ser, a partir de los datos recogidos por los sensores, realizar previsiones de deterioro de las piezas de los equipos, o correlaciones entre las variaciones de diferentes parámetros del proceso y el resultado final en el producto producido.

Aunque el proceso de recopilación, procesamiento y análisis de datos también puede hacerse manualmente, mediante observaciones y estudios de tiempo, la digitalización de este proceso aporta mayor fiabilidad y rapidez, permitiendo tomar decisiones de forma más rápida y asertiva.

¿Cómo tener éxito en la implementación de la Industria 4.0?

Al analizar el listado de tecnologías que acabamos de enumerar, queda rápidamente claro que éstas soportan el negocio. Por lo tanto, y para explorar todo su potencial, es necesario empezar con un diagnóstico de madurez digital para comprender la situación actual. Este diagnóstico evalúa la madurez de la organización según varios componentes, a saber, la gobernanza digital y de datos, la ciberseguridad, las competencias digitales de los trabajadores, la implementación ágil, la automatización, el flujo de información digital y advanced analytics.

Una vez diagnosticada la madurez digital, hay que analizar las desviaciones identificadas en comparación con los estándares del sector y conocer las soluciones digitales aplicables a los pain points y las oportunidades detectadas. En esta fase, es esencial comparar el retorno de la inversión entre cada una de las soluciones identificadas.

El siguiente paso es la implementación en un piloto, donde los procesos deben ser revisados primero antes de cualquier digitalización. Esta revisión incluye la reingeniería de los procesos críticos, lo que garantiza que se evite el desperdicio de la automatización. La fase piloto sirve para validar el concepto de solución diseñado y confirmar el retorno de la inversión previsto. Es un paso esencial para el éxito de la transformación global de la empresa.

Después de confirmar el éxito de la implementación del piloto, el despliegue debe iniciarse en varios pasos. Primero a nivel del área piloto, es decir, por ejemplo, un departamento o un local, y sólo después extender el proceso globalmente a toda la organización.

La gestión y la tecnología deben trabajar juntas para lograr una transformación digital exitosa, garantizando el enfoque en las personas y los procesos. A lo largo de la implementación, es esencial garantizar que los trabajadores sean formados en las nuevas herramientas, que el liderazgo se involucre en la incorporación estratégica de esta iniciativa y que se evalúe el retorno de la inversión en cada nueva área donde se implemente la solución.

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